Descripción
Pieza para el sombrero de mi madre, por la mínima. Dentro del programa de residencias de DT Espacio Escénico. Yo quería que mi madre llevara sombrero. Así que le compré uno. Y nunca lo usó. La cabeza nunca llevó sombrero y el pobre sombrero nunca tuvo una cabeza que lo sostuviera. Ambos vivieron la ausencia del otro. Nos planteamos si abrir la sombrerera o no. Dudamos dramáticamente acerca de la necesidad de aferrarnos a los recuerdos o dejarlos tranquilamente ocultos en el fondo del armario. El acto escénico de abrir el sombrero (o la sombrerera) es una experiencia vitriólica que extrapola la pérdida para reflexionar sobre una sociedad que nos empuja cada vez con más énfasis hacia una soledad demoledora.