Descripción
Originalmente, el vocablo norma significó en latín “escuadra empleada por carpinteros y albañiles”. Sin embargo, en su evolución etimológica tomó la acepción de “regla, modelo, precepto, mandato o guía de comportamiento”. El conjunto de leyes que regularon y constituyeron al pueblo romano se convirtieron en el caldo de cultivo de los sistemas normativos contemporáneos y las codificaciones civiles europeas. Hoy, heredado de la idea romana, seguimos asumiendo que las normas componen las bases de nuestras sociedades, orientando las conductas, acciones y actividades de los individuos y los grupos. Y aunque la relevancia de la norma para la construcción social se ha mantenido desde siglos atrás como epicentro de la vida en comunidad, lo normativo, también permea una paradoja, la idea que subyace en la pertenencia o la exclusión a sus parámetros.