Descripción
Y así, de repente, se le desataron los monstruos… No estaban invitados ni eran parte del plan, pero durante el proceso de Oro negro, primera parte de una trilogía que continúa hoy con The Common Ground y cerrará en un futuro con Carnaval, la coreografía misma se los reclamó a Poliana Lima, su autora, que sin tenerlos previstos ni en cuenta, creyó que tenían derecho y los dejó pasar. Con dientes de bruja, diabólicos ojos totalmente negros y movimientos lascivos se plantó en el escenario. Pero tampoco hay que confundirse. No quería el efecto botes con taquicardia que buscan las películas de terror al uso. Su intención era retar al espectador en sus miedos. “¿Qué es lo que da miedo? ¿La lengua, lo negro, el culo, la mujer, lo sexual? Aquí hice de espejo para encarnar lo que ha sido demonizado. Como bailarina aprendí mucho de esto en Oro negro, sobre todo de lo que el público ve o quiere ver en mí”, reflexiona ahora la coreógrafa.