Sinopsis
El lenguaje coreográfico permite y respeta el sello y la sustancia individual, buscando el estado de la singularidad que se mantiene siempre latente y se potencia en tanto a corporalidades diferentes. Y al mismo tiempo aporta la sincronía en cuerpos diversos heterogéneos y explora las múltiples capacidades tanto físicas como expresivas, así como cualquier cuerpo las tiene. En épocas ruidosas, más que nunca, se hace imprescindible distinguir la experiencia única que no se hace sino con el silencio, ese dejar de vivir aturdidos y evocar la singularidad que trae cada cuerpo.
Ficha artística
Intérpretes Lucía Vázquez, Leticia Gude y María Moguer