Descripción
Parece nada nos emplaza a repensar qué es ver un espectáculo en un escenario, nos invita a convertirnos en observadores de nuestra propia manera de ver: un intento de colocar el órgano de percepción (los ojos) como objeto percibido (vistos). Partiendo de esta sencilla observación (mirar lo que hacen nuestros ojos) plantea un ejercicio de re-mirar la escena, sus pobladores y sus movimientos como un campo de pruebas de nuestra mirada al mundo. Estructurada en torno a las cuatro pruebas generales de evaluación de la visión (agudeza visual, refracción, campo visual y visión cromática) propone sobre todo un encuentro entre el creador y su espectador, un juego, un viaje dentro del laberinto de la percepción individual.