Una ida al canto es un tránsito. También es un alto en el camino en el que no se sabe si ella viene o si va, o si intenta encontrarse o desecharse.
Antes de entrar en la sala, piénsala unos minutos como una obra a punto de ser esculpida. Párate a observarla, contémplala, mira su paisaje. Las palabras y la emoción que describan lo que allí suceda, dependen del punto de vista del que la observa. La percepción está ligada a nuestra manera de mirar...
Una ida al canto es un tránsito. También es un alto en el camino en el que no se sabe si ella viene o si va, o si intenta encontrarse o desecharse.